Los jefes de Gobierno de España y Reino Unido, José María Aznar y Tony Blair, proclamaron ayer su determinación de seguir "juntos" en Irak hasta haber "cumplido la tarea" que se han propuesto junto a Estados Unidos en el país árabe. Los dos mandatarios escenificaron su compromiso sin fisuras al término de un encuentro en Londres, coincidiendo con uno de los momentos de mayor violencia y contestación internacional desde el fin de la guerra iraquí. La reunión se produjo tres días después de la polémica visita de George Bush a Londres, en que el presidente norteamericano fue objeto de una multitudinaria protesta popular.

"Hemos estado siempre juntos, seguimos juntos y terminaremos bien la tarea juntos; bien para el pueblo iraquí y bien para la estabilidad y la seguridad del mundo", manifestó Aznar. Mucho más beligerante que su colega británico, el presidente español se mostró "sorprendido", en clara alusión a los líderes de Francia y Alemania, de que "todavía haya personas que no se den cuenta de esa amenaza para el mundo que es el terrorismo".

ERRORES En un acto previo organizado por The Wall Street Journal , Aznar admitió por primera vez que se han podido cometer "errores" en Irak. En concreto, el de no "valorar suficientemente la complejidad de la posintervención". Preguntado sobre esa afirmación en la rueda de prensa con Blair, Aznar afirmó que "ninguno" de los aliados pensó que la "política de estabilización" de Irak sería "fácil y corta".

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"Es evidente que, cuando hay procesos de esta magnitud, puede ser que uno acierte o se equivoque", dijo y subrayó que ya hay un "plan y calendario preciso" para devolver la soberanía a Irak. Blair opinó que los problemas básicos en Irak están resueltos y que el único que subsiste es el terrorismo.