En el conflicto con Irak, Aznar mantiene una posición similar a la de EEUU, que a estas alturas se resume en ir a la guerra contra Sadam, preferiblemente con el respaldo de la ONU, pero no necesariamente. De la puesta en escena de ese terrible guión se encarga personalmente el presidente del Gobierno, que rara vez solapa su voz con la del coro del PP. Arenas y Rajoy dan la impresión de saber el estribillo pero apenas lo interpretan. Tampoco los otros candidatos a sucesores.Ayer,

Aznar volvió a fijar posición, no sólo en el escenario internacional, sino también en su propia casa: el PP. Cerró filas y mandó cerrar filas. A la defensiva, argumentó que si ahora diese marcha atrás, nadie le votaría. ¿Se olvida acaso de lo que hizo con el ´decretazo´? Y por preguntar que no quede: cuando sostiene que no quiere ver a España sentada en un rincón de la historia, ¿está pensando en Francia o en Alemania? Porque si fuese así, tampoco parece un mal rincón.