Ya no se trata del mero desarme. José María Aznar afirmó ayer sin tapujos que la caída de Sadam Husein es el resultado deseable de la ofensiva contra Irak que copatrocinan España, EEUU y Reino Unido.

En una jornada sobre la crisis iraquí organizada por el Partido Popular, en el que cuatro exiliados narraron sus experiencias bajo el régimen de Bagdad, el presidente del Gobierno expresó su deseo de que, "dentro de muy poco", el pueblo iraquí pueda dar una "expresión de libertad después de tantos años de tiranía, asesinatos y torturas".

POR SORPRESA

"Ojalá vea pronto la libertad del pueblo iraquí y los españoles podamos decir orgullosamente que fuimos capaces de asumir serenamente nuestra responsabilidad", añadió Aznar, que se presentó por sorpresa en el acto del PP y evitó así el riesgo de toparse con protestas antibélicas.

Con sus referencias constantes a la caída de Sadam, el jefe del Ejecutivo asumió el discurso del presidente de EEUU, George Bush, que nunca ha ocultado su intención de derrocar al dictador iraquí. Dicho objetivo choca con la Carta de la ONU y con el texto de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU, que sólo prevé desarmar a Bagdad.

En la línea de anteriores intervenciones, Aznar equiparó a Sadam con los genocidas Adolf Hitler, Pol Pot y Slobodan Milosevic y auguró que, al igual que en estos tres casos, los horrores de Irak se conocerán cuando desaparezca el dictador. "Las cuentas salen cuando la tiranía cae", sentenció.

Una vez más, el presidente enfiló su artillería contra "aquellos países" --en alusión a Francia, Alemania y Rusia-- que "miran para otro lado" y cuyas "dificultades" para adoptar una mayor firmeza contra Irak no responden a "cuestiones de índole moral o legal". Citando a Bob Dylan, Aznar les inquirió: "¿Cuántos años han de existir algunos hombres hasta que se les permita ser libres?".

A medida que se aproxima la decisión final sobre la crisis, aumentan las declaraciones y contradeclaraciones del Gobierno y el PP sobre la posición española. El secretario de Estado de Exteriores, Ramón Gil-Casares, afirmó ayer en Tele 5 que, si finalmente no se vota la nueva resolución en la ONU, España participará en la coalición internacional que abanderaría EEUU. Poco después, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó que no hay ninguna decisión tomada.

En el acto del PP, su responsable de Política Internacional, Jorge Moragas, afirmó en un alarde de sinceridad que España "no es una ONG" y que, en la crisis de Irak, defiende sus intereses: "Hay una cosa muy clara que no nos atrevemos a decir en voz alta, pero que cualquier ciudadano responsable con cierta dosis de pensamiento crítico puede asumir ya: que España es un país con intereses, como EEUU o Francia".