Dos horas antes de que las tropas de EEUU ocuparan el centro de la capital de Irak, José María Aznar formuló ayer el mismo mensaje de satisfacción que repetiría horas después: "el muro de Bagdad está cayendo" y el régimen de Sadam Husein "se está desmoronando de una manera acelerada".

Primero en el Senado, ante los parlamentarios del PP, y después en rueda de prensa con el presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, el jefe del Ejecutivo se reafirmó en que ha actuado correctamente al apoyar a EEUU. Subrayó que el Gobierno ha cumplido con su obligación de defender la "paz y seguridad" de España.

El presidente hizo un llamamiento a la "sociedad española" --que se opuso mayoritariamente a la guerra-- para "trabajar juntos" por el futuro y "aprovechar las oportunidades" en un escenario que, auguró, será más pacífico. A la oposición parlamentaria, que ha censurado en bloque la política belicista del Gobierno, el jefe del Ejecutivo le pidió una "cierta dosis de realismo" para empezar la "nueva etapa" que ahora se abre.

OPTIMISMO MODERADO

Después que el presidente de EEUU, George Bush, le informara por teléfono de la marcha de la operación, Aznar afirmó que el mundo sin Sadam Husein será "mejor", pero evitó "echar las campanas al vuelo" porque aún quedan, dijo, "focos de resistencia" de adeptos al régimen iraquí.

Aznar lamentó las víctimas de la guerra y responsabilizó de todas ellas, en exclusiva, al dictador iraquí. El presidente del Gobierno opinó que es hora de emprender la "nueva tarea" de atender al pueblo de Irak. También expresó su deseo de que sean los iraquís "quienes decidan su futuro en democracia" y la ONU desempeñe un "papel clave" en la posguerra.

A la pregunta de si considera la victoria de la coalición aliada una victoria política personal en España, donde ha sido ampliamente cuestionado, el presidente dijo que él en ningún momento ha pronunciado la palabra victoria.

Sólo dos medios de comunicación públicos siguieron la intervención de Aznar en el Senado. Ante los populares, acusó a los líderes del PSOE y de IU de apelar a la violencia contra el PP.

Además, rechazó los comportamientos "irresponsables" de la izquierda que se pone "sistemáticamente" al lado de quien esté contra el Gobierno "hasta llegar a posiciones radicales o extremistas" que "sólo siembran vientos de destrucción". También señaló que lo que ocurrió en Galicia sólo fue un "entrenamiento".