El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer que no es obligatoria una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para atacar a Irak en el caso de que no desmantele sus arsenales de destrucción masiva. Aznar se distanció de Francia y Alemania, contrarios a una guerra sin autorización del organismo internacional, y se sumó a las tesis de EEUU y Reino Unido.

El jefe del Ejecutivo señaló que la resolución 1.441 establece que, si el régimen de Sadam Husein incumple las exigencias de la ONU, "deberá atenerse a las consecuencias". "No dice que habrá otra resolución", dijo Aznar.

VOZ Y VOTO

La afirmación del presidente tiene especial relevancia por el hecho de que, desde el 1 de enero, España ocupa un asiento en el Consejo de Seguridad como miembro no permanente. Por lo tanto, tendrá voz y voto en el desarrollo del conflicto. Dentro de la estrategia de ambigüedad calculada que ha mantenido en las últimas semanas, Aznar dijo que otra resolución no es obligatoria, pero no cerró la puerta a que finalmente sea forzoso aprobarla por la presión internacional o de otros miembros del Consejo de Seguridad, entre los que se encuentran Francia y Alemania.

Fue lo que sucedió con la propia resolución 1.441. George W. Bush estaba dispuesto a atacar Irak incluso al margen de la ONU y contaba con el respaldo de los Gobiernos británico y español. Pero las críticas de la opinión pública y las reticencias de París y Berlín forzaron un cambio de planes. El presidente de Francia, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, se convirtieron una vez más en contrapeso del belicismo de EEUU al pronunciarse, anteanoche, contra un ataque a Irak sin autorización previa de la ONU.

Aznar se refirió a la crisis de Irak en la rueda de prensa que ofreció con el primer ministro de Túnez, Mohamed Ghanuchi, tras su encuentro en la Moncloa. Ambos confiaron en que se evite la guerra pero, mientras el tunecino opinó que Husein ha cumplido hasta ahora las resoluciones de la ONU, su anfitrión afirmó lo contrario. Aznar desechó una vez más comparecer ante el Parlamento para explicar su posición.

OPOSICION COMUNITARIA

La oposición a una operación militar contra Irak sin el beneplácito de la ONU crece en Europa. El premier británico, Tony Blair, está haciendo frente a una verdadera rebelión en su Gobierno. El diario The Guardian publicó ayer una encuesta entre los miembros del Gabinete británico, según la cual la mayor parte de ellos se oponen a la participación de tropas británicas en un ataque contra Bagdad que no cuente con la sanción de la ONU.