José María Aznar y Gerhard Schröder constataron ayer el profundo abismo que los separa respecto a la crisis de Irak. Pese a las declaraciones de buenas intenciones, la diferencia de posturas entre los mandatarios español y alemán se mantuvo intacta en la primera jornada de la cumbre hispano-alemana, que se celebra hasta hoy en la isla canaria de Lanzarote.

En un encuentro descrito como "cordial y franco" por la delegación española, uno y otro expresaron su voluntad de que la UE logre acercar posturas en la cumbre extraordinaria de Bruselas del lunes próximo. También coincidieron en la necesidad de "mostrar unidad europea" y de "recuperar el procedimiento" comunitario en política exterior, según un portavoz español.

Sin embargo, ninguno de los dos líderes consiguió convencer al otro de su postura, con lo que, en la práctica, la UE acudirá dividida a su cita del lunes. Aznar insistió en su rechazo a dar más tiempo a los inspectores de la ONU, con el argumento de que es Sadam quien ha debido verificar la destrucción de su arsenal.

Schröder propugnó reforzar el papel de los inspectores con el fin de que puedan certificar si Bagdad supone o no una amenaza inminente para la seguridad mundial. Ambos mandatarios expusieron "detenidamente" sus respectivas posturas e intercambiaron documentos explicativos.

NUEVOS SOCIOS

La ministra de Exteriores, Ana Palacio, lanzó un claro mensaje a Alemania y Francia, países que encabezan el frente de oposición a la política belicista de EEUU. Dijo la ministra que "Europa no es ya de 15, sino de 27 más uno (en alusión a Turquía)".

Palacio resumió en esa frase una doble advertencia a Berlín y París. La primera es que en la UE ya no manda el eje franco- alemán, sino que muy pronto habrá 12 nuevos socios cuyas voces deberán escucharse. La segunda es que en el club hay que tener presente a Turquía, cuyo ingreso en la Unión ha sido defendida con singular entusiasmo por España y por EEUU.

Madrid y Berlín se mostraron coincidentes en otros ámbitos, como en la futura reforma institucional de la Unión o en la lucha antiterrorista. Este último asunto fue abordado de manera más detallada por los ministros de Interior y Justicia. Aznar agradeció a Schröder la entrega, el pasado 22 de enero, del etarra Paulo Elkoro, así como las medidas legislativas para adaptarse al establecimiento del espacio judicial europeo.

Ambos Gobiernos aprobaron un documento sobre seguridad de fronteras y acordaron reforzar el intercambio de información sobre terrorismo. Alemania se sumó a la posición de España y Francia de coordinar una respuesta europea común si la guerra encarece el precio del crudo.

Unos 300 pacifistas se colocaron en el recorrido por carretera de la comitiva de Aznar para expresar su rechazo a la guerra.