No hay como construirse un guión a medida, sin rigor, pero aparente, que pueda llegar a hacer bueno aquello del si no es cierto podría serlo. Es lo que hizo anoche el presidente Aznar en su intento de convencer a la descreída ciudadanía de que "no hay alternativa" posible a una guerra preventiva, ni a seguir los deseos de Bush de echar a Sadam masacrando a Irak y a sus gentes.Está

Aznar en su derecho de equiparar al dictador iraquí con Hitler y Milosevic. Pero es tan controvertido como pretender que esta crisis guarda un paralelismo con la intervención en los Balcanes (entonces la ONU no votó y la UE aprobó unida la intervención de la OTAN para frenar una ´limpieza étnica´). Y tan rebatible como proclamar que puede implicar a España en la guerra bajo el paraguas de la ONU amparándose sólo en la resolución 1441. Todo vale para seguir uniendo interesadamente, ´grosso modo´, todo lo que quepa bajo el epígrafe: "terrorismo y armas de destrucción masiva".