Eran las 14.44 horas de la tarde y Concepción se sometía a su nueva costumbre de caminar a tientas entre escombros, cuando un seísmo de 5,9 grados volvió a estremecerla. Hubo pánico otra vez. Y esa sensación de abatimiento y no saber dónde ir. La Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI) descartó el riesgo de un tsunami y llamó a la calma. No todos lo creyeron. Cientos de personas huyeron a los cerros.

El nuevo temblor sacudía a la ciudad cuando, 500 kilómetros al norte, en Santiago, se polemizaba sobre las decisiones que pudieron no tomarse a tiempo para mitigar los efectos del terremoto de 8,8 y el inmediato maremoto que el 27 de febrero mató a la mayoría de las 800 víctimas ya contabilizadas. "No hubo gente que no hizo su deber, no hubo mala intención... lo perfecto no existe", dijo una Michelle Bachelet al borde del llanto. La discusión promete futuros chivos expiatorios. Bachelet lo sabe. "Después de la batalla, todos somos generales", respondió ante las críticas por tardar en decretar el estado de catástrofe.

Bachelet valoró, no obstante, la autocrítica del comandante en jefe de la Armada, el almirante Edmundo González, quien reconoció: "No fuimos suficientemente precisos" en las informaciones que se transmitieron a Bachelet sobre la inminencia de un maremoto. Ese "titubeo", agregó, hizo que la ONEMI, siguiendo instrucciones presidenciales, "no declarara la alerta". Para Bachelet, esa admisión es un gesto "de mucha hombría".

Bachelet y el magnate Sebastián Piñera, quien asumirá la presidencia el 11 de marzo, han tratado de dar una imagen de cohesión. La ultraderechista Unión Democrática Independiente (UDI), uno de los pilares del futuro Gobierno, consideró, sin embargo, que ya es momento de cargar las culpas en las actuales autoridades. "Si hubiésemos estado en una guerra, hubiese sido un desastre", señaló el senador Hernán Larraín. Según su criterio, las autoridades civiles "estuvieron cómodas en la burocracia central". Fueron los militares "quienes lograron llegar de inmediato". Hacía mucho que no se oía a un expinochetista cantar odas castrenses.

RESCATADOS 79 CIUDADANOS En Concepción trabaja de sol a sol el comandante de Bomberos Juan Carlos Subercaseaux. Semanas atrás estuvo en Puerto Príncipe rescatando haitianos. Los hombres a su cargo han salvado desde el sábado a 79 de los vecinos del edificio Alto Río, cuyos 14 pisos se hicieron trizas. Aún quedan seis desaparecidos. Por otra parte, las tres familias catalanas que tenían en vilo a sus allegados fueron contactadas ayer. Exteriores sigue sin constancia de víctimas españolas.