El Gobierno iraquí aseguró ayer poseer suficientes datos y documentación para acabar pronto con los terroristas de Al Qaeda en Irak. Gran parte de la información fue hallada en la casa donde murió la semana pasada tras un bombardeo de EEUU el hasta entonces líder de la organización terroristas, Abú Musab al Zarqaui. "Estamos ante el principio del fin de Al Qaeda en Irak", dijo el consejero de seguridad nacional iraquí, Muafaq al Rubai, que calificó la documentación incautada de "verdadero tesoro".

En el escondite de Zarqaui apareció un ordenador portátil y un pequeño disco duro de bolsillo. Rubai dijo que la documentación "revela los lugares donde están presentes los jefes de Al Qaeda, la manera en que dirigen la organización y las alianzas que mantiene con las bandas de malvados que buscan destruir el país".

Uno de los objetivos de Zarqaui era provocar una guerra entre EEUU e Irán, aprovechando la crisis nuclear, según se desprende de los documentos. El plan era lanzar ataques contra objetivos estadounidenses en Irak, y también en países occidentales, dejando en el lugar falsas pistas que implicasen al régimen de Teherán, con el que los líderes chiís iraquís, en el poder, mantienen estrechas relaciones.

Por su parte, el portavoz del Ejército de EEUU en Irak, William Caldwell, dijo haber identificado al sucesor de Zarqaui al frente de Al Qaeda en Irak, que se esconde bajo el nombre de guerra de Abú Hamza al Muhajer. Se trata de Abú Ayub al Masri, un egipcio experto en explosivos que combatió en Afganistán y del que ayer el Ejército de EEUU mostró una foto.