Un día después del audaz golpe de mano en el corazón de Bagdad, que permitió el rapto por desconocidos armados de cinco ciudadanos británicos --cuatro guardaespaldas y su cliente--, el Gobierno de Bagdad hacía ayer cábalas respecto a la identidad de los secuestradores. El ministro de Exteriores iraquí, el kurdo Hoshyar Zebari, culpó del incidente al Ejército del Mehdi, la milicia chií supuestamente controlada por Moktada al Sadr, punto que negaron fuentes próximas al clérigo.

Por su parte, el rotativo británico The Daily Telegraph informó de que las fuerzas especiales SAS han sido puestas en estado de alerta por si tienen que participar en una misión de rescate.