En Europa, el deseo de que la guerra contra Irak no llegue a estallar está alimentando una curiosa ficción: la de aparentar que la crisis está conjurada, una vez que Sadam Husein ha aceptado las inspecciones de los expertos. Pero en Washington, la Administración republicana desarrolla con su habitual arrogancia detallados planes militares para después de la victoria, como informa el semanario ´US News´ and ´World Report´. Sería prudente admitir como hipótesis que, sea cual fuere el informe de los inspectores, no será satisfactorio para Bush. Está decidido a conquistar Bagdad.

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