Al menos cuatro personas han muerto y decenas han resultado heridas esta pasada noche durante la violenta carga policial en la plaza de la Perla, en el centro de Manama, la capital de Bahréin, donde cientos de personas habían acampado para reclamar la caída del régimen del rey Hamad bin Isa al-Khalifa y reformas políticas y sociales. Los agentes han utilizado gases lacrimógenes y balas de goma para dispersar a los manifestantes. En el hospital Salmaniya, principal centro sanitario de Manama, la llegada de heridos ha desbordado al personal. Poco después de la carga policial, una columna de más de 50 tanques y vehículos militars se han dirigido hacia la plaza de la Perla.

Según los testigos, la policía ha cargado de forma repentina contra entre 3.000 y 4.000 ciudadanos que pasaban la noche acampados en tiendas. Los fallecidos son Mahmud Makki Ali, de 22 años, Alí Mansur Ahmad Khoder, de 52, Husein Alzayed y Aisa Abdelhasan, según ha informado el presidente de la Asociáción de la Juventud Bahreiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati. Con ellos ya son seis los fallecidos en las protestas iniciadas el lunes en este país del Golfo. Los opositores han llamado a la revuelta a través de Facebook para reclamar reformas políticas y sociales, animados por el triunfo de las revoluciones en Túnez y Egipto.

Los argumentos de Interior

Las fuerzas antidisturbios empezaron la carga a las 03.00 de la madrugada (dos horas antes en la Península) y hacia las 07.00 horas se les añadieron las fuerzas del Ejército. "Esta es la primera vez que se utiliza militares para atacar a la gente, no sé qué pasará, cada tres minutos me informan de que hay un nuevo herido o un nuevo muerto", ha explicado Al Maskati. Segun testigos citados por el canal catarí Al Jazira, cerca de 60 tanques han tomado la plaza.

En un comunicado, el portavoz del ministro de Interior, Tarek al Hassan, ha señalado que "las fuerzas de seguridad han evacuado la plaza después de haber agotado todas las posibilidades de diálogo" con los manifestantes. Según el portavoz, algunos manifestantes se han resistido, cosa que "ha hecho necesaria la intervención policial". Al Hassan ha insistido en que las fuerzas armadas han intentado en los últimos días "contenerse" y comunicarse con figuras públicas para convencer a los manifestantes de que disolvieran sus protestas de una manera pacífica. Sin embargo, según Al Hassan, "algunos manifestantes han querido utilizar este ambiente de tolerancia para imponer prácticas ilegales y molestar a los ciudadanos y a los residentes a través de puestos de control" instalados en la plaza de la Perla. El portavoz ha acusado también a otros manifestantes de haber aterrorizado a los dueños de las tiendas cercanas y de obligarles a cerrarlas, lo que ha afectado la vida económica y comercial.

"Decisión errónea"

El líder de la oposición chií, Ali Salmane, ha calificado el ataque de "salvaje e injustificado" y ha advertido de que la carga policial tendrá "consecuencias catastróficas para la estabilidad de Bahréin". La oposición reclama una monarquía constitucional y un gobierno elegido democráticamente. "Este ataque ha sido una decisión errónea. La policía no puede solucionar las crisis", ha señalado. Salmane, dirigente del partido islamista Al-Wefaq, que tiene 18 de los 40 diputados del Parlamento, ha convocado a una nueva manifestación para el próximo sábado.

Estados Unidos y la Unión Europea habían pedido a las autoridades de Bahréin a no recurrir a la violencia con los manifestantes. Bahréin tiene una mayoría de población chií pero está gobernada por una dinastía de la minoría suní. A juicio de los manifestantes, el régimen del rey discrimina a la comunidad chií en materia de empleo y de servicios sociales.