"Hay un poquito de inflación", reconoció Hugo Moyano, el líder de la central obrera y uno de los puntales de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ese "poquito" admitido es, en rigor, de un peso intolerable para los sectores de bajos recursos. Argentina cerrará este año con un aumento del coste de la vida del 24%. Si sigue así, el país superará a Venezuela en carestía.

Es por esta razón por la que el Gobierno de Buenos Aires está buscando un "pacto social" con los sindicatos y la patronal para fijar un techo a la discusión salarial (se están pidiendo incrementos del 30%) y contener la inflación, calificada por el presidente de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi, de "una plaga malvada".