La agencia de medición de riesgos Fitch advirtió hoy de que el sistema bancario irlandés podría necesitar más inyecciones de capital antes de romper definitivamente su dependencia de las "ayudas del Estado".

En su último informe sobre la crisis financiera en este país, la agencia opinó que los bancos irlandeses todavía afrontan "retos significativos" en el futuro, a pesar de los avances logrados por el Gobierno para reestructurar el sector tras su colapso por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.

Dos años después, Dublín se vio obligado a pedir a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un programa de ayuda por 85.000 millones de euros y, desde entonces, el Estado ha invertido en el rescate de sus bancos casi 65.000 millones de euros.

La reforma de la banca nacional llevó al Gobierno a reducir significativamente su tamaño y crear un nuevo sistema en torno a dos "pilares" básicos, el Allied Irish Banks (AIB) y el Bank of Ireland (BoI), tradicionalmente las dos grandes entidades irlandesas privadas.

En este sentido, la agencia destacó hoy en su análisis que el compromiso de las "autoridades irlandesas" para seguir apoyando a los "dos bancos pilares" no ha disminuido.

"Mientras los ratios de capital de los bancos irlandeses siguen erosionándose y la vuelta de la rentabilidad solo parece posible a largo plazo, los bancos podrían necesitar recaudar capital adicional antes de que puedan contemplar un futuro independiente de la ayuda estatal", señaló en el informe Denzil De Bie, director del Grupo de Instituciones Financieras de Fitch.

Según el experto, la calidad de los activos de los bancos irlandeses continúa también siendo "débil", sobretodo los de aquellos vinculados a préstamos residenciales y comerciales.

Aunque el "ritmo de deterioro" de los activos de AIB y BoI se ralentizó en 2012, apuntó el documento, los costes por impagos podrían volver a subir durante 2013 y 2014, hasta alcanzar un nuevo "pico de morosidad" el próximo año.

En este contexto, Fitch prevé que los bancos irlandeses no volverán a obtener beneficios hasta, al menos, 2015.