Muy pronto, tal vez la próxima semana, habrá un acuerdo nuclear con Teherán. Ese fue el mensaje que transmitió ayer Mohamed el Baradei, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), poco antes de la reunión de la junta de gobernadores del organismo que analizará el informe del responsable egipcio sobre el programa iraní. El Baradei insistió en que "lo mejor para todos es volver a la mesa de negociación lo antes posible", y pidió a las partes "máxima moderación" en sus declaraciones.

El Baradei, galardonado el año pasado con el Nobel de la Paz, quiere evitar que el dosier iraní termine en manos del Consejo de Seguridad de la ONU, pues considera que eso conllevaría sanciones contra Teherán y cerraría la vía a una solución diplomática. Sin embargo, fuentes de la ONU creen que Irán no teme al Consejo de Seguridad, ya que da por hecho que tanto Rusia como China, con importantes intereses económicos en territorio iraní, harían uso de su derecho de veto.

SOLUCIONES DURADERAS En cualquier caso, una confrontación entre Irán y Occidente sería "contraproducente", declaró El Baradei, y "no aportaría ninguna solución duradera". Su optimismo se apoya en la última oferta del régimen iraní a los diplomáticos de Rusia y la Unión Europea (UE), que establece que Teherán renuncie por dos años al enriquecimiento de uranio a escala industrial --aunque la UE quiere una moratoria de 10 años-- a cambio de que la AIEA le permita mantener sus actividades de investigación nuclear.

"El punto de fricción sigue siendo el asunto de las centrifugadoras para la investigación, pero espero que la próxima semana lleguemos a un acuerdo", declaró el director de la agencia atómica. Pero fue en este punto donde naufragaron las negociaciones bilaterales que llevaron a cabo durante las últimas semanas Teherán y Moscú, ya que el régimen iraní no quiso renunciar a las actividades de investigación a pequeña escala aun si, como establecía la oferta del Kremlin, la mayor parte de su uranio era enriquecido en Rusia. Nada que no diera todavía más argumentos a países como EEUU para dudar de la naturaleza civil del programa nuclear iraní, aunque, según El Baradei, en su informe no consta que Irán haya desviado "materiales nucleares para armas atómicas u otros artefactos explosivos".

"NO CEDEMOS" "No podemos ser flexibles respecto a la investigación nuclear, ya que los científicos de cada país tienen todo el derecho a investigar", subrayó ayer el representante de Teherán ante la AIEA, Alí Asghar Sultanieh. En la misma línea, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, volvió a insistir en que su país tiene derecho a desarrollar tecnología nuclear, e indicó que Irán "no se someterá a las presiones" internacionales. "Ni somos prepotentes ni cedemos ante la prepotencia", zanjó.

INCONTINENCIA Pero no sólo la retórica del presidente iraní sigue la senda de la confrontación. El embajador de EEUU ante la ONU, John Bolton, advirtió ayer a Teherán de que se expone a "tangibles y dolorosas consecuencias" si no abandona su programa nuclear, a lo que el número dos del Ejército de Irán, Gholamali Rashid, no tardó en responder: "Las fuerzas armadas de Irán convertirán esta tierra en un campo de muerte para cualquier agresor enemigo".