Cuba y Estados Unidos mantenían ayer un tenso pulso, con los los ojos puestos en el mar Caribe, donde un barco con al menos 27 cubanos a bordo se aproximaba a la costa estadounidense tras haber sido secuestrado el martes en la provincia de Camagüey. En Pinar del Río, al otro lado de Cuba, varias familias lloraban la muerte de tres hombres y la gravedad en la que seguía un niño que recibió una bala en la cabeza tras el intento de secuestro de una barca de pesca. Algunos familiares asumieron que la desesperación les llevó al suicidio, pero dijeron que fueron "víctimas de un sistema que no les dio oportunidades".

La embarcación de la empresa militar de cartografía GeoCuba, en la que una patrullera cubana observó a "siete hombres en la cubierta y dentro a un grupo de alrededor de veinte personas", navegaba ayer por aguas internacionales. Cuba alertó a EEUU, pero, según un comunicado oficial, éstas rechazaron intervenir porque el barco tenía pabellón cubano y se encontraba en una zona conocida como "paso inocente", en el canal de las Bahamas.

UN ASALTO CON RIESGO

Tampoco las autoridades de la isla intervinieron porque "no es política del Gobierno de Cuba asaltar embarcaciones secuestradas con personal a bordo en alta mar por los graves riesgos de accidentes y de pérdidas de vidas que ello entraña", según la nota. El Gobierno cubano consideró que el caso quedaba en manos de las Bahamas o de EEUU, a los que pidió que cumplan los acuerdos migratorios y devuelvan la nave y los secuestradores.

Washington esgrimió el dato de que, hace pocos días, un tribunal de Florida condenó por piratería al secuestrador de un avión, que espera una sentencia de unos 20 años de prisión. El Gobierno cubano recordó que la última nota oficial de Estados Unidos afirmaba que el siguiente secuestro rumbo al norte sería considerado como "una amenaza a la seguridad nacional".

En el puerto de La Coloma, familiares de los tres muertos acusaron a la policía de haber matado a los tres hombres, de entre 22 y 27 años, que intentaron robar una lancha. Pero la mayoría creyó la versión oficial: "Se suicidaron, se mataron entre ellos. Estaban condenados hasta a cuatro años por robar y matar una vaca y para ellos era mejor la muerte que enfrentar una condena perpetua e incluso el paredón".

Esos dos incidentes en menos de 24 horas se suman a los secuestros de dos aviones en marzo y el intento de secuestro de una lancha de pasajeros, el 2 de abril, que acabó con dos ejecuciones.