El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, entró ayer con fuerza en la campaña francesa para el referendo del próximo día 29 con un solemne llamamiento a favor del , "en nombre de los valores de Europa". Barroso aseguró que los países de la UE no están dispuestos a renegociar la Constitución Europea y negó que haya "un plan secreto" por si los franceses la rechazan.

"No creo que la mayor parte de los países estén dispuestos a una renegociación. Francamente, está excluido", declaró Barroso en una intervención en la emisora de radio Europe 1. Incluso precisó que, hasta ahora, todos los jefes de Estado y de Gobierno, con los que está "en contacto permanente", dicen que "en caso de un no francés continuará el proceso" de ratificación. Barroso desmintió, además, la existencia de "un plan secreto", como aseguraba el diario comunista L´Humanité .

Según el citado rotativo, que preconiza el no a la Constitución, circula desde hace varias semanas en Bruselas y en las cancillerías europeas una "nota de trabajo" sobre tres hipótesis posibles para el caso de que gane el no en la consulta francesa. La primera indica que Francia volvería a votar dentro de dos o tres años con la esperanza de que esta vez saliera el ; en la segunda, que contempla igualmente un no holandés, la Constitución quedaría desechada y los seis fundadores de la UE (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo) y "eventualmente" España formarían una "vanguardia" para avanzar en la integración política y social.

La tercera, que según L´Humanité es calificada de "pragmática", prevé que se tome nota del no francés y se suprima la tercera parte del Tratado en una conferencia intergubernamental, salvando ciertos aspectos de la Constitución, en particular los artículos relativos a los principios y los valores, y al funcionamiento de las instituciones.

Los últimos sondeos, que otorgan al no entre el 51% y el 54% de la intención de voto, señalan que más del 60% de los franceses creen posible una renegociación.

LA ACUSACION El presidente de la Comisión advirtió de que un no sería "una pésima noticia para la economía, para Europa y para Francia" y se percibiría "como una debilidad". Y acusó de "demagogia" a los que quieren hacer creer que "esta Constitución es un programa político".

En una intervención televisiva la noche anterior, el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, dramatizó la situación alertando de "las consecuencias económicas" de la victoria del no . El presidente, Jacques Chirac, volverá hoy a la carga para disuadir a los franceses de votar no en el marco de la cumbre del triángulo de Weimar , en Nancy, donde contará con el apoyo del canciller alemán, Gerhard Schröder, y del presidente polaco Aleksander Kwasniewski.