El conservador José Manuel Durao Barroso deberá emprender en las próximas semanas una campaña de seducción política en el Parlamento Europeo para convencer a los diputados de que ratifiquen en julio su nombramiento como presidente de la Comisión Europea por otros cinco años.

El respaldo "unánime" que logró Barroso de los líderes de los Veintisiete en la cumbre para repetir al frente del Ejecutivo comunitario no le garantiza una ratificación automática en la Eurocámara, donde la izquierda intenta organizar un frente contra él. Los Veintisiete además se limitaron a un mero respaldo político y supeditaron la nominación oficial a consultas previas con la Eurocámara "para determinar si está en condiciones de aprobarla en su sesión de julio" o si prefiere esperar a otoño a que esté en vigor el Tratado de Lisboa.