El futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, compareció ayer ante el Parlamento en Estrasburgo para solicitar la "confianza" de los eurodiputados para su nuevo equipo de comisarios. "Es urgente que nos pongamos a trabajar", señaló Barroso a la espera que el pleno de la Eurocámara vote hoy la investidura.

Barroso recordó que hace dos semanas decidió "parar el reloj" para evitar un voto contrario a la nueva Comisión, por el rechazo que provocó en la mayoría de los grupos la presencia en el Ejecutivo del italiano Rocco Buttiglione o de la letona Ingrida Udre. "Les escuché subrayar la necesidad de una Comisión fuerte y competente, por ello he realizado estos cambios" señaló Barroso ante el hemiciclo, en presencia de los 24 comisarios y del presidente de turno de la UE, el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, que también pidió el apoyo del Parlamento al nuevo Ejecutivo .

Durao Barroso recordó que la decisión no ha sido sólo suya, sino también de los gobiernos, que han elegido a sus candidatos, por lo que "la responsabilidad es compartida", dijo. También reiteró su "compromiso" de crear un equipo que velará por el respeto de los derechos fundamentales, un asunto que "todos los comisarios tendrán presente", agregó.

PRIORIDADES El exprimer ministro portugués destacó que su equipo de comisarios tiene "la mayor cuota de mujeres" que ha habido nunca en un Ejecutivo comunitario. Entre sus prioridades figura el reforzamiento del espacio de seguridad, libertad y justicia, de las relaciones con las instituciones y la creación de empleo y prosperidad en Europa, explicó.

El pleno prepara una petición a Barroso, que propugna que si un comisario pierde la confianza de dos tercios de la Eurocámara sea destituido. Esta política de la "responsabilidad individual" fue discutida ayer por el Partido Popular Europeo (PPE), el Partido Socialista Europeo (PSE) y el Grupo de los Liberales y Demócratas (ALDE), con el fin de incluirla en la resolución que el pleno debe aprobar hoy, tras la investidura.