El exprimer ministro portugués y candidato a la presidencia de la Comisión Europea, el conservador José Manuel Durao Barroso, prometió ayer ante el pleno del Parlamento Europeo, presidir el Ejecutivo comunitario al servicio de los intereses de toda la Unión Europea (UE) al margen de orientaciones partidistas. La Eurocámara tiene que ratificar hoy la decisión de los líderes de los 25 estados de la UE de designar a Barroso como nuevo presidente de la Comisión Europea.

Barroso intentó por todos los medios ganarse los votos de los grupos socialista (200 diputados) y liberal (88), imprescindibles para poder obtener la aprobación del Europarlamento. De momento, sólo cuenta con el voto garantizado de su propio grupo popular (268 diputados), y la del pequeño grupo conservador de Unión de Europa de las Naciones (27 diputados).

Los socialistas y liberales se reunieron anoche por separado para definir su posición final. La mayoría de los socialistas acordó votar en contra. Sin embargo, la delegación española votará a favor para ser coherentes con la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de apoyar a Barroso.