El Premio Nobel de la Paz ha vuelto todos los focos sobre la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN). La directora ejecutiva de la ICAN, Beatrice Fihn, se sienta con este diario para una entrevista en la sede de la ONU, donde su organismo logró que el pasado julio se adoptara el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.

-¿Cómo valora el Nobel y lo que representa para su trabajo?

-Hay una tensión muy peligrosa entre los estados nucleares. No se trata solo de Corea del Norte y EEUU, los otros estados están modernizando sus arsenales, están creciendo las tendencias nacionalistas, los extremismos, nos estamos alejando de la diplomacia y del multilateralismo. Es una situación extremadamente preocupante y subraya lo frágil que es la paz. Estamos amenazando a diario con masacrar indiscriminadamente a cientos de miles de civiles y la gente está asustada por las armas nucleares por primera vez prácticamente desde el fin de la guerra fría. A la vez tenemos el Tratado, un acontecimiento realmente positivo, con muchos estados queriendo contrarrestar los desarrollos negativos. Con el Nobel poniendo el foco sobre nosotros tenemos una gran oportunidad, podemos crear mucha más presión, y esperamos usar el Tratado y el Nobel como forma de involucrar a la gente y llamar a la acción. Tenemos que hacer algo. Seguir teniendo armas nucleares ya no es aceptable.

-¿Cree que sin Donald Trump en la Casa Blanca el Nobel se habría fijado en la ICAN?

--La gente se está poniendo nerviosa ante la idea de que Donald Trump puede lanzar armas nucleares y nadie podría pararle. A la vez le hace darse cuenta de que estas armas son vulnerables a una sola persona... No hay nadie que deba tener ese poder. Si estás incómodo con la idea de Trump teniendo armas nucleares, estás realmente incómodo con las armas nucleares en general.

-¿La conciencia de la sociedad civil sobre las armas nucleares ha crecido con Trump?

-Absolutamente. Hemos sido capaces de ignorarlo por demasiado tiempo. Se sentía que el cambio climático, los derechos humanos, eran mucho más urgentes, pero ahora de repente ponemos el foco en que nada de eso importa si hay guerra nuclear.

-Hoy Trump puede no certificar el acuerdo nuclear con Irán.

--EEUU debe certificar el acuerdo, apoyar a la diplomacia, el multilateralismo. La Agencia Internacional de Energía Atómica dice que Irán está cumpliendo, todas las otras partes del acuerdo dicen que está cumpliendo, Irán dice que está cumpliendo... Amenazar este acuerdo va a causar más inestabilidad y potencialmente llevar a otro conflicto. No necesitamos otro conflicto nuclear.

-Solo tres países han ratificado el Tratado. ¿Cree que con el Nobel se acelerarán las ratificaciones?

-Lo espero. Tenemos gente haciendo campaña que ha estado trabajando en las negociaciones.

-¿Qué diría a quienes miran el Tratado como débil porque no se espera la ratificación de los nueve poderes con armas nucleares?

-Yo soy sueca y es como decir que Suecia no tiene que firmar la declaración de Derechos Humanos porque no tenemos tantas violaciones de los derechos humanos, una estupidez, o como decir que no hay que hacer nada en igualdad de género porque tenemos que esperar a que Arabia Saudí haga algo. Cada país tiene que marcar sus parámetros sobre qué es aceptable. Todos, incluso los pequeños, son importantes.

-¿Qué diría a España, al Gobierno [que se ha desvinculado del Tratado] y a la ciudadanía?

-España tiene que tomar una decisión. Si no están de acuerdo con que se usen armas nucleares contra civiles tienen que involucrarse con este Tratado y con el movimiento. En este momento, con las tensiones tan altas, un país como España no puede colocarse detrás de Donald Trump y dejarle comportarse como lo hace, amenazando con «destruir absolutamente» un país.

-Usted debe ser una de las más firmes creyentes en el poder de la sociedad civil...

--Absolutamente. Eso es democracia en acción. Creo que hemos llegado a un punto en que la gente cree que la democracia es presentarse una vez cada cuatro años, votar y quien gane decide cuatro años, y luego se intenta a la próxima. No es así. La democracia es todos los días, todo el tiempo. Sigue habiendo cosas que hacer, cosas que cambiar.