Bélgica aprobó ayer restringir la venta de armas una semana después del crimen racista de Amberes que costó la vida a una niña de dos años y a su cuidadora maliense. Con una celeridad sin precedentes, el Parlamento belga aprobó con solo dos abstenciones una nueva ley que pone fin a la venta libre de armas de fuego de caza y deportivas. La decisión del Senado de ratificar el texto de la reforma legislativa sin introducir cambios permitirá que la normativa entre en vigor en dos semanas.

La laxa legislación actual permitió que el 11 de mayo Hans Van Themsche, un estudiante de 18 años vinculado a la extrema derecha, adquiriera una carabina de caza de 9 milímetros y balas con la simple presentación de su documento de identidad. La nueva ley exige una autorización previa para comprar armas de caza y competición.