Bajo la presión de los mercados financieros, los seis partidos belgas de la futura coalición gubernamental han logrado in extremis un acuerdo sobre el ajuste presupuestario de 11.300 millones necesario para el 2012, que despeja el camino para que pueda constituirse finalmente un Gobierno en el país 17 meses después de las elecciones.

Tras un maratón de 18 horas de negociación continua, los líderes de los partidos socialistas, democristianos y liberales flamencos y francófonos han alcanzado un consenso sobre las subidas de impuestos y los recortes necesarios para que el déficit público belga se sitúe el año próximo en el 2,8% del producto interior bruto (PIB), por debajo del techo máximo del 3% como exigía la Unión Europea (UE). El acuerdo incluye compromisos de ajuste para los años siguientes y la eliminación del déficit público en el 2015 para poder comenzar a reducir de forma acentuada la deuda pública que supera el 97% del PIB.

La degradación de la valoración de la deuda pública belga por parte de la agencia de rating norteamericana Standard and Poor¿s el pasado viernes a AA y la exigencia de los mercados de un tipo de interés de casi el 6% para los bonos a diez años ha forzado a liberales y socialistas a superar sus divergencias.

El bloqueo de las negociaciones condujo al futuro primer ministro belga, el líder socialista francófono Elio Di Rupo, a presentar su dimisión al rey el pasado 21 de noviembre. Sin embargo, Alberto II no la aceptó y le forzó a seguir negociando un acuerdo. El acuerdo permitirá a Di Rupo convertirse en el primer ministro belga francófono desde 1974 y romper el monopolio flamenco del puesto.

El ajuste presupuestario incluye la subida de los impuestos sobre el alcohol, el tabaco y los rendimientos de capital superiores a 20.000 euros, así como de las retenciones fiscales sobre los intereses financieros. El acuerdo incluye una minirreforma de las pensiones y otra del seguro de paro.