Bélgica comenzó ayer a prepararse para unas elecciones legislativas anticipadas en junio, ante la profunda fosa que separa a flamencos y francófonos sobre la reforma del Estado y el control político y lingüístico de la periferia de Bruselas. Mientras los partidos francófonos hubieran deseado mantener algún tipo de Gobierno provisional, los partidos flamencos, que representan al 60% de la población, optaron claramente ayer por la celebración de comicios anticipados.

La posibilidad de crear un Gobierno de unidad nacional quedó descartada después de que los socialistas flamencos (SP), en la oposición, rechazaran apuntalar al Ejecutivo dimitido. El rey Alberto II continuaba anoche con sus consultas, pero el dimitido primer ministro, Yves Leterme, y su partido democristiano flamenco (CDV), comenzaron a preparar ya los comicios anticipados.

Leterme quiere que antes de disolverse el Parlamento la Cámara apruebe la autorización para conceder la ayuda a Grecia y la lista de los artículos de la Constitución que se reformarán tras las elecciones, para resolver los problemas que enfrentan a flamencos y francófonos.