El papa Benedicto XVI ha entrado esta tarde en la Mezquita Azul de Estambul, una visita histórica y la más significativa de su viaje a Turquía. El Pontífice ha llegado al monumento a pie desde el Museo de Santa Sofía, que acababa de visitar por espacio de media hora.

Benedicto XVI se convierte así en el segundo pontífice que entra en una mezquita. En el 2001, Juan Pablo II entró en la Omeya de Damasco durante su visita a Siria.

A las puertas de la mezquita, los acompañantes de Benedicto XVI le han descalzado y el Papa ha paseado por su interior en calcetines. Después de escuchar las indicaciones que le iban dando sobre cómo se efectúa la oración musulmana de los viernes, Benedicto XVI ha rezado durante un minuto mano sobre mano.

Gesto de respeto

La visita a la mezquita se incluyó en el último momento en el programa del viaje como un gesto de respeto hacia el islam. Se trata de un paso más del Pontífice en el intento de atenuar las tensiones en el mundo islámico tras su discurso en la Universidad de Ratisbona (Alemania), cuando en una cita del emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1391) resaltó que en Mahoma solo se veían "cosas malas e inhumanas".

La Mezquita Azul está situada en la plaza de Sultanahmet y fue construida a principios del siglo XVII por el Sultan Ahmet I (1609-1619). Su nombre deriva de los maravillosos mosaicos de azulejos azules de Iznik que se encuentran en su patio interior.

Su construcción creó grandes polémicas en el mundo musulmán pues sus seis minaretes se consideraban un atentado sacrílego al rivalizar con La Meca. Tanto que la respuesta de La Meca fue agregar un minarete más a su mezquita para así imponer su superioridad como lugar de nacimiento del profeta Mahoma y de peregrinación de los musulmanes.