La ley aprobada ayer es una de las que enfrentaba más a chiís y sunís, pero no es la única. Este año, los diputados iraquís deberán hacer frente a otras dos pruebas de fuego. Una es la ley que se refiere a la distribución de las riquezas del petróleo, que los sunís, que pueblan las zonas con menos recursos energéticos, desean que sea equitativa y que beneficie a todos. El otro gran tema es el modelo de Estado iraquí, la división administrativa del país.