Benigno Aquino se perfila como el ganador de las elecciones presidenciales celebradas hoy en Filipinas en los primeros datos difundidos por la comisión electoral (Comelec), tras una jornada marcada por la violencia y los fallos en el sistema de voto.

El heredero de la dinastía de los Aquino, con un 25% de los votos escrutados, lidera la carrera por la jefatura del Estado con 3.673.473 millones de votos, seguido del depuesto presidente Joseph Estrada, que cuenta con 2.345.549, y del senador Manny Villar, con 1.397 968.

Aquino, hijo de la fallecida Corazón Cojuangco, la primera presidenta tras la dictadura de Ferdinand Marcos, ha despertado una inesperada pasión entre millones de electores con el lema "Sin corrupción no hay pobreza". Algo más de 50 millones de filipinos estaban convocados a votar en una jornada electoral que ha dejado nueve muertos en tiroteos y explosiones y en la que muchos votantes han tenido que hacer colas de hasta seis horas para poder depositar su papeleta.

37 EPISODIOS VIOLENTOS

El propio Aquino, conocido popularmente como Noynoy, ha tenido que aguardar cuatro horas para votar en su circunscripción de Tarlac, al norte de Manila, donde es copropietario, por parte de la familia de su madre, de la extensa hacienda La Luisita.

Curiosamente, el balance de nueve muertos y 12 heridos en 37 episodios violentos ha sido considerado de forma positiva por el Ejército. "Hasta el momento han sido las elecciones más pacíficas si las comparamos con las de 2004", ha asegurado el coronel Ricardo Nepomuceno, portavoz de las fuerzas de seguridad especiales del Ejército destinadas a garantizar la seguridad en el periodo electoral.