El presidente de la Asociación de Jueces de Alemania, Geert Mackenroth, declaró ayer que la policía alemana puede torturar a un detenido para obligarle a confesar un delito. Mackenroth cree que "se pueden dar situaciones en las que se puede justificar el empleo de la violencia par salvar los valores supremos de la justicia", al interceder a favor de un policía que amenazó con torturar a un detenido.

El debate se desató tras descubrirse que el segundo jefe de las fuerzas de seguridad de Fráncfort, Wolfgang Daschner, profirió tales amenazas durante el interrogatorio de Magnus G., de 27 años. Este estudiante confesó ser el autor del secuestro y asesinato de Jakob von Metzler, de 11 años.

Los expertos en derecho consideraron que "la policía no puede apartarse de la prohibición de torturar, uno de los aspectos fundamentales del derecho internacional".