Alemania ha dado un paso más en el recorte de libertades y derechos en el marco de la lucha contra el terrorismo. Ayer, el Consejo de Ministros alemán aprobó un controvertido proyecto de ley para ampliar las competencias de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) en investigaciones relacionadas con el terrorismo internacional.

El texto autoriza a la BKA a llevar a cabo registros on line de ordenadores de particulares, vigilancia de sospechosos "incluso mediante cámaras en sus hogares, registro de pisos, escuchas y detenciones". La oposición se escandalizó. Los Verdes hablaban de "día negro para los derechos civiles" y los liberales acusaron al Gobierno de haber perdido "el centro y la mesura".