El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se ha presentado este lunes ante el Tribunal Penal de Milán por segunda vez en quince días para asistir a una nueva vista del juicio por el caso Mediaset, en el que se le juzga por un supuesto delito de fraude fiscal. El dirigente fue declarado en rebeldía después de no presentarse a la anterior citación, el pasado 28 de febrero. En medio de una gran expectación, Il Cavaliere ha llegado al Tribunal de Milán a las 08.45 horas protegido por importantes medidas de seguridad. En medio de los aplausos de sus seguidores, Berlusconi ha entrado directamente en el recinto a bordo de un coche oficial, sin bajarse para hacer declaraciones a los numerosos periodistas que esperaban su llegada. Ya dentro del edificio, y preguntado por los periodistas sobre la posibilidad que sea condenado por este caso, Berlusconi, ha contestado: "Ni en sueños. No hagamos reír" y ha asegurado que contra él solo hay acusaciones "risibles, infundadas y demenciales". El mandatario ha aprovechado una vez más para cargar contra el sistema judicial italiano. "Hay una magistratura que trabaja contra el país", ha dicho y con ironía ha afirmado que "como hay poco que hacer en el Gobierno" ha acudido al tribunal para encontrar "otra ocupación". Se ha referido también al caso Ruby, en el que está acusado de abuso de poder y de incitación a la prostitución a una menor, para apuntar que "en un país cívico las escuchas telefónicas no pueden ser llevadas a proceso porque son manipulables". Cuatro procesos abiertos Al comienzo de la vista, que se celebra a puertas abiertas pero sin fotógrafos ni cámaras de televisión, los jueces han revocado la declaración de rebeldía que dictaminaron sobre Berlusconi en la anterior vista, a la que no se presentó ni justificó su ausencia. En el caso Mediaset, el Tribunal de Milán juzga la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset, el grupo audiovisual de Berlusconi y que controla la cadena de televisión española Telecinco, bajo la sospecha de un aumento artificial del precio real de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero. Este es uno de los cuatro procesos que Berlusconi tiene pendientes en el mismo tribunal. Los otros tres son el caso Ruby, el caso Mills (por corrupción en acto judicial) y el caso Mediatrade (por fraude fiscal y apropiación indebida).