El presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, arremetió ayer contra los jueces en su comparecencia ante el tribunal de Milán que le juzga por un presunto soborno a magistrados. Berlusconi negó las acusaciones de corrupción presentadas en su contra y aseguró que algunos se han empeñado en echar "toneladas de fango" sobre él.

La comparecencia de Berlusconi, la segunda desde que comenzó el proceso hace tres años, será con toda probabilidad también la última, puesto que el Parlamento aprobará hoy una ley de inmunidad que le amparará.

Berlusconi se presentó ayer en el juzgado para exponer su versión de los hechos bajo la fórmula jurídica de la "declaración espontánea" que le permite intervenir sin ser interrogado. El dirigente italiano está acusado de un presunto soborno a los jueces para bloquear, en los años 80, la venta de la compañía alimentaria pública SME al empresario Carlo de Benedetti, rival de Berlusconi.

El primer ministro dijo ante el tribunal que se sentía como "un ciudadano igual a todos los demás, pero quizás un poco más igual, desde el momento en que el 50% de los italianos le han confiado a este ciudadano la responsabilidad de gobernar el país". Berlusconi fue tajante al afirmar que "en este proceso no hay muerto, ni arma del delito, ni tampoco un motivo". "Es un proceso que lleva ya siete años y está basado en la nada", añadió.

Tras la comparecencia, la asociación Artículo 21 (una organización no gubernamental que vela por la libertad de información) distribuyó el vídeo con la intervención de Berlusconi a las delegaciones de los 15 países de la Unión Europea, en Bruselas, con la petición de que lo entreguen a los respectivos jefes de Estado y de Gobierno de los Quince "para que conozcan el nivel moral, político y humano de quien guiará a Europa durante el semestre de presidencia italiana", que empezará el próximo 1 de julio.