Tras las arremetidas contra la prensa italiana y europea críticas e incluso contra el diario de los obispos italianos, le tocó ayer a la Unión Europea (UE). Silvio Berlusconi amenazó con que Italia bloqueará el Consejo Europeo --formado por los jefes de Estado y de Gobierno y el presidente de la Comisión Europea (CE)-- "si no se decide que ningún comisario y ningún portavoz de los comisarios pueda intervenir públicamente sobre cualquier tema". "Tiene que hablar solo el presidente de la Comisión", añadió el primer ministro, que exigió que quienes no cumplan con ello sean "obligados a dimitir". A Berlusconi, dolido porque Bruselas había cuestionado que Italia rechace a inmigrantes clandestinos con derecho a pedir asilo político, le respondió el portavoz del presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, quien dijo que "la Comisión comunica como está previsto por los Tratados de la UE" y que las declaraciones de los comisarios (transmitidas por sus portavoces) "reflejan las responsabilidades comunes" de la Comisión Europea.

"No es verdad que la UE haya advertido a Italia sobre el tema de la inmigración. Se instrumentalizan las declaraciones de los portavoces", dijo Berlusconi desde Gdansk (Polonia), donde participaba en la conmemoración del 70º aniversario del comienzo de la segunda guerra mundial. El primer ministro italiano explicó que ello da "a la oposición de cada país armas que no existen" y que se trata de un problema que pondrá "sobre la mesa de los próximos consejos de jefes de Estado y de Gobierno". "Mi posición será determinada. No daremos nuestro voto, bloqueando de hecho el funcionamiento del Consejo", amenazó.

"INFORMACION PRECISA" El pasado lunes, Dennis Abbott, uno de los portavoces de la Comisión, informó de que Bruselas había pedido a Malta e Italia "información precisa" sobre el rechazo de barcazas en alta mar, en el estrecho de Sicilia, "para poder evaluar la situación". La semana anterior, 73 inmigrantes perdieron la vida en la travesía y solo cinco de ellos arribaron a Italia. La delegación italiana del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) había lamentado la nueva política de Roma de rechazar los barcos en alta mar y devolverlos a Libia.

Tras las declaraciones de ayer de Berlusconi, Abbott manifestó su sorpresa y subrayó que "una petición de información no es una crítica". La Presidencia de Roma se dio anoche por satisfecha con la respuesta.