El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en un nuevo enfrentamiento con la Magistratura, calificó a los jueces de "perturbados mentales". Sus declaraciones levantaron duras críticas, procedentes del ámbito judicial y de la oposición, y forzaron a intervenir al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, que defendió la labor de los jueces. "Para ejercer de juez hay que tener las facultades mentales perturbadas. Si eligen ese trabajo es porque son seres distintos al resto de la raza humana", declaró Berlusconi.