El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, decidió ayer no comparecer ante el tribunal de Milán donde prosiguió, diez meses después de su suspensión, el proceso judicial contra él por un supuesto delito de corrupción de jueces. Aunque la vista judicial debía ocuparse de una cuestión preliminar, Berlusconi cumplió con su promesa y no se presentó ante el juez.

La petición de no comparecencia había sido efectuada por la fiscalía y por un abogado de las acusaciones particulares. Según ambos magistrados, el juez Francesco Castellano no podía ser imparcial, ya que había declarado, en sendas entrevistas a dos diarios, que está en marcha un proceso de "hostigamiento judicial" contra el grupo industrial de Berlusconi, al tiempo que denunció una actitud de revancha de una parte de la magistratura contra el magnate italiano.