El presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, intervino ayer de forma poco protocolaria e instó, en un aparte a los periodistas, a mostrar paciencia con el Ejecutivo presidido por Silvio Berlusconi, que el jueves había atacado duramente a la magistratura italiana.

"Existe la impresión de asistir a una guerra civil entre poderes del Estado", había dicho Berlusconi, cargando las tintas. "Hay una tentativa en curso para hacer caer al Gobierno, conducida sobre todo por una parte de la magistratura, que ha tomado un rumbo subversivo", subrayó Berlusconi en una reunión con los directivos de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL).

Unos 50 parlamentarios de la vieja Alianza Nacional (AN), liderada por Gianfranco Fini, actual presidente del Congreso, y fusionada con el PDL, se oponen a la guerra institucional declarada.