Nada ni nadie parece capaz de evitar que no pase un día sin nuevas entregas del sainete en torno al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y sus invitadas de pago. Ni los asesores del dirigente logran que se calle --ayer prometió "llevarles las bailarinas, las menores" a unos obreros en L´Aquila-- ni Patrizia D´Addario, la primera en divulgar los hechos, pierde ocasión de explicar detalles del "harén con un solo jeque: él".

D´Addario describe en el diario La Repubblica una velada con Berlusconi y una veintena de chicas. Hubo cena y baile, y se proyectó un "larguísimo" vídeo sobre las citas del primer ministro con otros líderes mundiales y sus mítines. Cuando sonó Menos mal que está Silvio, una canción electoral, "las chicas se pusieron a hacer la ola". La mujer afirma que cobró 1.000 euros.

El sainete viró, sin embargo, al cine negro cuando unos desconocidos rociaron de madrugada con gasolina e incendiaron el coche de Barbara Montereale, otra de las jóvenes que aseguran haber participado en las fiestas.