Pausado y sin bromas. Un Silvio Berlusconi irreconocible respecto a la crispación generada durante sus anteriores tres gobiernos leyó ayer al Congreso su programa de legislatura para pedir un voto de confianza que tiene asegurado gracias a la mayoría absoluta de las pasadas elecciones legislativas. Más que Berlusconi, parecía que estaba hablando Walter Veltroni, líder de la oposición progresista. Pero las minorías desconfían, y subrayaron ayer que el tono amable de Il Cavaliere desaparecerá en cuanto se den a conocer las primeras medidas legislativas que propugna el Ejecutivo italiano.

Durante 27 minutos, interrumpidos por 27 aplausos, cuatro de los cuales procedían de los escaños progresistas, Berlusconi dijo que no haría milagros, sino "pequeñas y grandes cosas" que ayuden Italia a "crecer" económicamente, de manera que se pueda "mirar el mañana con optimismo". Los problemas generados por las basuras de Nápoles son, en su opinión, "un escándalo que tiene que terminar y terminará", al tiempo que aseguró que en el primer Consejo de Ministros "será eliminado el impuesto municipal sobre la primera residencia las clases humildes ya no lo pagan" y serán desgravadas las horas extras.

Berlusconi hizo hincapié en la seguridad, afirmando que "es un derecho que debe ser tutelado y restablecido con acciones preventivas y represivas" .

SEGURIDAD "Tenemos que ser dueños de nuestra casa", afirmó Il Cavaliere . Explicó que su Gobierno "no cabalga en el miedo", y que "se equivocan quienes niegan que la primera regla de la democracia sea la tutela de la seguridad". "Trabajemos y dejémonos de teatros y juegos políticos", añadió, dando la bienvenida al Gobierno en la sombra, que ha puesto en pie a la minoría progresista. "Puede ayudar" --dijo-- "a fijar los términos de la discusión y la disensión, a plantear una confrontación de ideas, incluso rigurosa, que no debe generar nuevas riñas, sino mirar exclusivamente, al interés del país".

VELTRONI NEUTRO "Comentaré mañana por hoy el discurso en el hemiciclo", durante la réplica, se limitó a decir Veltroni. Su aliado, Antonio di Pietro, comparó la mano tendida de Berlusconi a la "zarpa del lobo". "Un discurso hábil y peligroso", añadió Franco Giordano, dimitido secretario de Refundación Comunista. "Ha cambiado el tono, veamos si ha cambiado la sustancia", dijo Piero Fassino, ministro de Exteriores del Gobierno progresista en la sombra. Las primeras propuestas legislativas se presentarán la próxima semana, y entre ellas hay un cambio de rumbo en la política actual hacia los inmigrantes clandestinos.