El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, manifestó hoy su intención de llevar a cabo una reforma del Tribunal Constitucional, que en esta legislatura ya ha rechazado en dos ocasiones leyes que garantizaban su inmunidad ante los procesos judiciales que tiene pendientes. En una intervención telefónica durante un acto de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), Berlusconi explicó que con las nuevas medidas que quiere introducir "serán necesarios (los votos de) dos tercios de los componentes para derogar las leyes". Así, según el mandatario, "se evitará que se repitan las situaciones de hoy, cuando el Parlamento discute una ley, la aprueba y, si no gusta a los magistrados de izquierdas, la impugnan ante el Alto Tribunal que, estando constituido en su mayoría por jueces de izquierdas, la invalida". Berlusconi hizo de este modo alusión a la anulación por parte del Constitucional italiano del conocido como Lodo Alfano, que concedía inmunidad parlamentaria a los cuatro cargos más altos del Estado, en octubre de 2009, y a la invalidación de la ley del legítimo impedimento el pasado enero, que le permitía acogerse a compromisos institucionales para no asistir a las vistas. Ambas leyes le posibilitaron en su momento paralizar los procesos que tenía pendientes, los cuales fueron retomados tras la invalidación por parte del Constitucional. Berlusconi está imputado por corrupción en acto judicial en el "caso Mills", por fraude fiscal en el "caso Mediaset" y por incitación a la prostitución y abuso de poder en el "caso Ruby", un proceso, este último, que ha levantado gran revuelo en el país y ha llevado a la oposición a pedir su dimisión en repetidas ocasiones. El mandatario arremetió una vez más contra la magistratura, denunció una "persecución" en su contra y aseguró que la intención de la izquierda es eliminarle a través del "arma" judicial. Berlusconi opinó que es "el hombre más perseguido de la historia de la justicia" y subrayó que, pese a ello, nunca ha sido condenado. El jefe del Gobierno italiano defendió, además, el primer borrador de la reforma de la Justicia promovida por el Ejecutivo, que fue aprobado ayer en Consejo de Ministros. Este texto contempla, entre otras medidas, la separación de las carreras de los jueces y fiscales, la división en dos del Consejo Superior de la Magistratura (CSM) y la concesión de más poderes al ministro de Justicia. Por otro lado, Berlusconi aseguró que cuenta con los apoyos necesarios en el Parlamento para seguir adelante en esta legislatura, tanto en el Senado como en la Cámara de los Diputados, donde en los últimos meses su mayoría había quedado debilitada, tras la escisión de su exaliado Gianfranco Fini y sus seguidores.