Silvio Berlusconi no acepta una ley que está discutiendo el Parlamento italiano, similar a las que están en vigor en la mayoría de las democracias, sobre conflictos de intereses. Según el proyecto, esta ley obligaría a las personas con un patrimonio superior a 15 millones de euros a elegir entre el poder político o el empresarial, ya que, para poder acceder a un cargo público, deberán confiar sus bienes a un blind trust (fondo fiduciario ciego) para que los administre sin mantener ningún contacto con el propietario.

La tramitación parlamentaria del proyecto se espera que llegue al pleno a final de este mes. En EEUU, donde existe una normativa similar, varios vicepresidentes y miembros de sucesivas administraciones han tenido que recurrir al fondo fiduciario. "Nadie me puede pedir que confíe mi patrimonio a un desconocido", señaló Berlusconi.