El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha vuelto a hacer gala de nuevo de una gran incontinencia verbal, al desvelar al diario Libero la existencia de un plan para hacer explotar un avión secuestrado contra el Vaticano el día de Navidad. En medio de la alarma generada, la presidencia del Gobierno negó que Berlusconi concediera una entrevista a Libero, pero no desmintió el contenido de las afirmaciones realizadas por el líder de Forza Italia y publicadas ayer.

Según el periodista Renato Farina, de Libero, que dijo haber pasado parte del día 24 con Berlusconi en su residencia privada de Arcore (en Milán), el líder conservador habló de "informaciones precisas y contrastadas" en poder de los servicios secretos que indicaban la posibilidad de un ataque aéreo contra la Santa Sede con un avión comercial secuestrado, como en el 11-S. El riesgo de atentados era "altísimo", según el jefe del Ejecutivo.

La presidencia del Gobierno italiano desmintió ayer en un comunicado que Berlusconi concediera una entrevista a Libero y subrayó que éste sólo mantuvo con el periódico "un intercambio de felicitaciones de Navidad".

Pero el alcalde de Roma, Walter Veltroni, confirmó de forma indirecta las declaraciones de Berlusconi. "Fuimos muchos los que pasamos la tarde del 24 de diciembre trabajando, sin sentir la necesidad de revelar cosas que era conveniente mantener en secreto, precisamente para no extender la alarma", dijo Veltroni a la agencia Ansa.