Una medida de carácter económico pero de hondo calado político. Así definen los analistas en Italia la decisión de Silvio Berlusconi de poner a la venta una parte de Mediaset, grupo a través del cual el primer ministro controla tres canales privados de la televisión italiana. Berlusconi espera que la maniobra acalle a sus críticos, que le echan en cara el control que ejerce sobre los medios de comunicación públicos y privados.

Sin embargo, el gesto no convence a la izquierda, que la califica de "propaganda" y considera que se trata simplemente de un buen negocio. "Sigue siendo el dueño y sigue manteniendo el control", manifestó Romano Prodi.