Joe Biden disputará la presidencia de Estados Unidos a Donald Trump en noviembre salvo imprevisto de fuerza mayor. Su virtual nominación se confirmó ayer, después de que el único rival que le quedaba en la pugna se apeara de la carrera. Bernie Sanders ha renunciado oficialmente a su candidatura tras reconocer que la ventaja en delegados acumulada por su contrincante se había vuelto insalvable.

«He llegado a la conclusión de que esta batalla por la nominación demócrata no iba a tener éxito», dijo en un mensaje de vídeo. La derrota del socialdemócrata es solo parcial porque ha conseguido transformar al Partido Demócrata, que ha acabado haciendo suyas muchas de las propuestas que Sanders abanderó en sus dos campañas presidenciales.

Su huella quedará marcada en la historia como el resurgir de una izquierda desacomplejada de corte populista y centrada en las necesidades del trabajador, semejante a la que arraigó en la patria adoptiva del capitalismo a principios del siglo XX. Ideas que no hace mucho eran anatema, como la sanidad pública universal, las universidades públicas gratuitas o la condonación de la deuda estudiantil están ahora entre las aspiraciones de muchos demócratas.

Masas / «Pocos negarán que en estos últimos cinco años nuestro movimiento ha ganado la batalla ideológica», dijo el senador por Vermont, el único candidato que ha sido capaz de levantar en esta campaña un verdadero movimiento de masas con millones de pequeños donantes, voluntarios y seguidores en todo el país. Gran parte muy jóvenes.

Pero la aritmética se había vuelto incontestable: Biden le saca más de 300 delegados, tras haber protagonizado una de las remontadas políticas más improbables de las últimas décadas. Durante muchas semanas su rival antiestablishment, feroz en sus críticas al poder de Wall Street y las grandes corporaciones, llegó a ser el favorito a la nominación. Hasta que todo empezó a cambiar a finales de febrero.

APARATO DEL PARTIDO / El momento decisivo llegó en vísperas del supermartes, cuando los candidatos que pugnaban con Biden por el voto moderado se retiraron de la carrera y ofrecieron su respaldo al exvicepresidente, como quería el aparato del partido. «No puedo seguir adelante con una campaña que no puedo ganar y que interferiría en el importante trabajo que todos debemos hacer en estos tiempos difíciles», dijo Sanders refiriéndose al desafío planteado por la pandemia de coronavirus.

El senador afirmó, en cualquier caso, que tratará de seguir acumulando delegados en las primarias que quedan por disputarse para poder influenciar la plataforma política del partido durante la Convención. Un evento que servirá para entronizar a Biden, quien necesita ahora ganarse a los votantes de Sanders para tener opciones contra Trump en noviembre.

El político de 77 años alabó ayer a su rival por haber sido capaz de «cambiar la conversación en EEUU», y hacer soñar a millones de estadounidenses con un cambio profundo.

La reacción de Donald Trump no se hizo esperar y ayer mismo pidió a los votantes de Bernie Sanders que le respalden en las elecciones de noviembre, debido a sus ideas afines en cuanto al «comercio», según recoge Efe.

En una serie de mensajes en Twitter, Trump reaccionó con sorna a la retirada del ya excandidato demócrata. «La gente de Bernie debería venirse al Partido Republicano, ¡comercio!», escribió el presidente de EEUU en la red social.