Tres veces ha luchado Joe Biden por ser candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, la primera en 1988. Hasta este sábado, ni una vez había ganado un estado en unas primarias, pero el exvicepresidente de Barack Obama lo ha hecho en Carolina del Sur en una victoria incontestable y contundente en el primer estado donde el voto negro es fundamental. Su triunfo resucita una campaña que se veía en la cuerda floja y redefine las primarias. "Hace unos días los medios y los comentaristas habían declarado esta campaña muerta. Hemos ganado. Estamos muy vivos. Esta campaña está despegando", dijo un extático Biden en su discurso de celebración en Columbia.

A las puertas del supermartes, cuando votan 14 estados, un territorio y los demócratas en el extranjero y se reparten más de 1.300 delegados, el 34% del total, Biden se consolida como el principal rival de Bernie Sanders en una carrera en la que se va a intensificar la presión sobre Pete Buttigieg y Amy Klobuchar para retirarse y unificar el voto moderado. Esa presión también la va a sentir Michael Bloomberg, el multimillonario exalcalde neoyorquino, que debe estar planteándose si acertó con su estrategia de esperar hasta el supermartes para poner su nombre en las papeletas y confiar en los casi 500 millones de dólares que ya ha invertido en publicidad.

TRASCENDENTAL VOTO NEGRO

Tras malos resultados en Iowa y New Hampshire y un segundo puesto a distancia de Sanders en Nevada, la candidatura de Biden, de 77 años, se rejuvenece con el triunfo en Carolina del Sur, el primer estado en las primarias donde es fundamental el voto negro. La movilización de esa parte del electorado es clave para los demócratas si quieren mantener sus opciones de ganar en noviembre a Donald Trump. El exvicepresidente de Obama hizo una apuesta por una comunidad con la que lleva décadas estableciendo lazos y que este sábado le ha demostrado que la lealtad importa.

En la victoria puede haber influido la buena actuación de Biden en el último y caótico debate. Lo ha hecho, seguro y mucho como han demostrado encuestas a pie de urna, el respaldo que esta misma semana Biden recibió del congresista negro Jim Clyburn, el negro con más poder en el Congreso y la figura demócrata más influyente en el estado entre la comunidad negra, que este sábado lo ha presentado antes del discurso en Columbia destacándolo como "un hombre bueno". Clyburn, no obstante, también había declarado horas antes que la campaña de Biden "tiene que sentarse y ponerse seria sobre cómo reorganizarse". "No me voy a sentar sin hacer nada y ver a gente manjándola mal", dijo en CNN.

IMPULSO, APOYO Y DONACIONES

El triunfo de este sábado también ha ayudado a Biden a recibir nuevos apoyos. En cuanto fue declarado ganador anunció su respaldo Terry McAuliffe, expresidente del Comité Nacional Demócrata y exgobernador de uno de los estados que votan el supermartes, Virginia. “Siempre he dicho que nuestro mejor líder es el que pueda construir una amplia coalición, incluyendo los votantes negros que son el corazón del Partido Demócrata. Tras Carolina del Sur, está claro que Joe Biden es ese líder”, dijo McAuliffe.

En Carolina del Sur Biden ha superado el reto que planteó el multimillonario Tom Steyer, que gracias a una inversión de más de 22 millones de dólares en el estado ha logrado un tercer puesto por delante de Buttigieg, Elizabeth Warren y Klobuchar, que representaba un espejismo para una candidatura a la que nadie veía posibilidades, algo que se confirmó poco después con la noticia de que Steyer abandona la carrera.

El exvicepresidente, además, sale con lo que en EEUU se llama "momentum". Su victoria, contruida también en un fuerte apoyo entre los mayores de 45 años, ha animado las donaciones a su campaña, cuyas cuentas necesitaban urgentemente esa inyección de energía.

En solo dos días, no obstante, se va a librar una gran prueba en el supermartes y Sanders sigue partiendo como el favorito que hay que batir. Y Biden, en su discurso de este sábado, se planteó como la alternativa al socialista demócrata, planteando las diferencias en cuestiones como la reforma sanitaria de Obama ("quiero construir sobre Obamacare, no desarticularlo") y lanzando un dardo que quizá también iba dirigido a Bloomberg, presentándose a sí mismo como "un nominado que es demócrata, orgulloso demócrata".