Joe Biden ha ganado las elecciones de EEUU tras imponerse a Donald Trump en Pensilvania, uno de los estados clave y donde había 20 votos electorales en juego, según ha adelantado la CNN y otros medios estadounidenses como la NBC y la CBS. Así, el candidato ha logrado -y superado- los 270 votos electorales que le dan la presidencia de Estados Unidos.

Biden tenía 253 votos electorales y necesitaba ganar en dos de los cuatro estados en liza -Georgia, Nevada, Arizona y Carolina del Norte- o bien solo en Pensilvania. Su victoria en Pensilvania hace ya irrelevante, a efectos de ganar las elecciones, el resultado en esos otro cuatro estados, donde lleva ventaja en Georgia, Arizona y Nevada. No obstante, el demócrata tiene ventaja también para aumentar la diferencia en el recuento final.

La batalla en Pensilvania, como en Georgia, Nevada o Arizona, ha sido reñidísima. Donald Trump partía aquí con ventaja desde la noche electoral pero a medida que pasaban las horas, y avanzaba el recuento de votos -en Pensilvania había un millón de papeletas por contar- esa ventaja se ha ido reduciendo hasta que Biden se ha puesto en primera posición.

Biden había comparecido horas antes para pedir paciencia al país y transmitirle confianza en un proceso electoral que Donald Trump ha tratado de dinamitar. "La democracia es a veces liosa. Y también requiere en ocasiones paciencia", ha asegurado este jueves en una breve comparecencia. "Esa paciencia ha tenido premio durante más de 240 años, un sistema de gobierno que ha sido la envidia del mundo".

"No hay defensa posible para los comentarios del presidente esta noche socavando nuestro proceso democrático", ha asegurado este jueves el gobernador republicano de Maryland, Larry Hogan, uno de los pocos cargos electos del partido que se ha atrevido estos años a romper con el rebaño.

Su argumentación fue tan vacua que sacó los colores hasta al 'New York Post', el tabloide amigo de Rupert Murdoch. "Un Trump abatido hace afirmaciones infundadas de fraude desde la Casa Blanca", tituló en su página web.

Ha acertado Biden al utilizar el pretérito perfecto porque la democracia de Estados Unidos genera hoy cualquier cosa menos envidia. El recuento interminable de estos comicios está sirviendo para retransmitir al mundo su descomposición a cámara lenta. No se explica de otra manera la actitud de su presidente, alentada por la complicidad de su partido, donde son contadas las voces que se han alzado para dinamitar la credibilidad del proceso electoral.

Un proceso electoral en el que cada estado asigna un cierto número de grandes electores o votos electorales. Y estos han sido los estados en liza hasta el último momento aparte de Pensilvania, que es quien ha otorgado los 20 votos definitivos a Biden (que hasta este viernes por la tarde tenía 253 de los 270 necesarios para ganar, contra los 213 que se ha arogado Trum):

Georgia (16 votos electorales)

Georgia, con 16 votos electorales, es un estado tradicionalmente republicano y donde un demócrata no gana desde 1992, pero esta vez la contienda parecía más apretada debido a un posible aumento de la participación de afroamericanos en favor de Biden.

Nevada (6 votos electorales)

Con 6 votos electorales, es un estado del desierto occidental que eligió a Hillary Clinton en el 2016. Ningún candidato republicano gana ahí desde Bush en el 2004, y esta vez también se estaba imponiendo el candidato demócrata.

Carolina del Norte (15 votos electorales)

Aquí hay 15 grandes electores en juego. Este estado, junto a Alaska, se decantaba este viernes por dar sus votos a Trump, pero los votos por correo enviados hasta el martes, día de las elecciones, son válidos allí hasta al 12 de noviembre.

Arizona (11 votos electorales)

Aquí hay 11 votos electorales en juego y, aunque algunos medios, como la Fox o AP, han dado ya como ganador a Biden, aunque todavía no es oficial. Es el estado que más debate ha generado, tradicionalmente bastión republicano pero que en estas elecciones se auguraba que podía votar demócrata.

Alaska (3 votos electorales)

Los 3 grandes electores de Alaska aún no han sido atribuidos a ningún candidato, pero los demócratas no han ganado allí en décadas. Todo apuntaba a que, junto a Carolina del Norte, Trump iba a ganar.