Las autoridades de Bielorrusia iniciaron ayer una investigación penal contra los organizadores de la manifestación convocada el viernes en la capital, Minsk, por la oposición al régimen del presidente autoritario, Aleksandr Lukashenko, con motivo del 87º aniversario de la fundación de esta exrepública soviética.

Varios centenares de participantes, que se concentraron frente a la residencia oficial de Lukashenko, exigieron la dimisión del presidente y la liberación de los presos opositores. La policía disolvió la manifestación y detuvo a 34 activistas. Fuentes de la oposición afirmaron que hubo más de 150 detenidos.

Andrei Klimov, uno de los líderes opositores que escapó de la policía, dijo ayer que los manifestantes se inspiraron en la revolución kirguiza y añadió que "la dura respuesta de las autoridades significa que temen la repetición de un escenario semejante al de Georgia, Ucrania o Kirguizistán".

Las autoridades de Bielorrusia calificaron de "inconstitucional" la toma del poder por parte de la oposición de Kirguizistán. El Ministerio de Exteriores declaró que "los acontecimientos de la capital de Kirguizistán causan preocupación" y advirtió de que la revolución de los tulipanes podía tener "consecuencias fatales para la paz".