El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, demostró ayer a la oposición liberal que no está para bromas. Las fuerzas antidisturbios aplastaron en Minsk una marcha que se dirigía al centro de detención para liberar a unos 300 opositores al régimen del "último dictador de Europa", y detuvo a su instigador, Aleksandr Kozulin. Los enfrentamientos con la policía causaron decenas de heridos y una seria escisión dentro de la propia oposición.

La oposición convocó para ayer una protesta en la céntrica plaza de Octubre después de que la policía desalojara la madrugada del viernes el campamento a cielo abierto instalado en protesta por los resultados de las presidenciales del pasado domingo, que dieron una aplastante victoria a Lukashenko con el 83% de los votos. Fuerzas policiales cerraron con antelación los accesos a la plaza, que se ha convertido en símbolo de la resistencia.

MOVIMIENTO DE LIBERACION Los manifestantes, sin embargo, se concentraron en una plaza cercana para anunciar la creación de un movimiento para "liberar" al país de Lukashenko. El jefe opositor, Aleksandr Milinkevich, destacó que cada vez más personas no tienen miedo del hombre que ha gobernado Bielorrusia con brazo de hierro desde 1994.

"Declaro la creación de un Movimiento Popular para la Liberación de Bielorrusia", dijo Milinkevich, quien afirmó que la ola de protestas contra Lukashenko desde las elecciones ha sido "sólo un primer golpe al régimen". El segundo candidato de la oposición, Aleksandr Kozulin, pidió a los manifestantes que se dirigieran al centro de detención para liberar a unos 300 manifestantes detenidos durante el desalojo del campamento de la plaza de Octubre. La respuesta policial fue inmediata. Los agentes dispararon gases lacrimógenos y cargaron contra los manifestantes, dejando atrás a varios heridos.

La policía detuvo a Kozulin, acusado de instigar a los manifestantes para dar un "golpe de Estado". El asalto instigado por Kozulin causó una seria escisión dentro de la oposición. En unas declaraciones a la prensa, Milinkevich calificó de "provocador" a su aliado.