Cuando los españoles intenten tragar 12 uvas en 12 segundos, en la lejana isla de Kiritimati habrán consumido más de la mitad del 1 de enero y estarán comiendo en familia. En ese pequeño enclave del océano Pacífico serán las 13 horas, y junto con Samoa y Tokelau, habrán tenido el honor de ser los primeros lugares de la Tierra en recibir el 2019. Poco a poco, la medianoche habrá ido avanzando, de este a oeste, dejando multitud de celebraciones que son el reflejo de todas las culturas que pueblan el planeta, incluídas las que viven este día como otro cualquiera porque se rigen por calendarios distintos.

En Italia comen lentejas, en Puerto Rico tiran cubos de agua por la ventana, en Dinamarca lanzan platos a la puerta de vecino. Y en España, todos pegados ante el televisor para seguir las 12 campanadas. Y los más curiosos, para ver cuál es el primer anuncio del año en la tele, ese por el que una gran marca se ha dejado buena parte del presupuesto del trimestre.

La primera gran celebración del nuevo año nos suele llegar desde Sídney. La bahía de esta ciudad australiana se llena de barcos para seguir un espectáculo pirotécnico de campeonato. También en Tokio (Japón) o Corea del Sur hay gran afición (en general, en todas las grandes capitales asiáticas) por los fuegos artificiales es estas fechas navideñas.

A pesar de que llegarán imágenes de fiesta y alegría de todo el planeta, hay regiones para las que el 31 de diciembre es un día cualquiera. En este caso, un lunes por la noche cualquiera. En Arabia Saudí, por ejemplo, las autoridades prohiben cualquier festejo porque el país se rige por el calendario lunar y no por el gregoriano. El veto aplica tanto a los residentes como a los turistas. Tampoco en Irán tienen Nochevieja, ya que para ellos todo vuelve a empezar el primer día de la primavera. En China, el año nuevo se celebrará entre el 4 y el 5 de febrero y el 2019 será el año del cerdo. El 2018 ha sido el del perro, y el 2020 será el de la rata.

La oscuridad irá avanzando hasta cerrar el ciclo en las islas Howland y Baker, propiedad de Estados Unidos. Serán los últimos pedazos de tierra en dar la bienvenida al 2019. Ahí volverá todo a empezar. Y así, hasta el año que viene.