El cantante Bono les ha bautizado como el Lennon y el McCartney de la gran política mundial. A Tony Blair la comparación no le gusta, pero admite que él y Gordon Brown han logrado juntos "muchísimas cosas". Ahora, mientras Blair vive horas bajas y recoge tempestades, el ministro de Finanzas se afianza cada día más como el nuevo líder, listo para la sucesión. "Gordon puede ser un excelente primer ministro", declaró ayer Blair, quien nunca antes había sido tan directo al hablar del futuro de su rival.

En una entrevista concedida al diario The Times , el premier no quiso ir más allá en su comentario, a una semana de las elecciones. "El país no ha decidido si quiere que yo siga en el puesto", dijo. Sin embargo subrayó "la manera fantástica" en que han trabajado "juntos en la campaña".

"¿Qué se traen entre manos estos dos?", se preguntaba el comentarista político de la TV Sky News Alan Boulton, escamado como el resto de sus colegas ante la súbita reconciliación de uno de los matrimonios de conveniencia peor avenidos de la política británica. La sospecha de un pacto sucesorio es la más difundida y parece bien fundada. Blair vive días amargos, la campaña se ha transformado en una afrenta personal y necesita el apoyo de Brown.

ABUCHEO EN LA BBC El miércoles por la noche, en el plató de la cadena BBC, una audiencia hostil le abucheó y alguno de los presentes volvió a llamarle "mentiroso" por los trapicheos y falsedades con los que llevó al país a la guerra de Irak. Blair, muy crispado y sudando copiosamente, soportó media hora de ataques, a los que respondió de mala gana y en tono agrio.