La siempre delicada situación política de Irlanda del Norte le ha aguado las vacaciones navideñas a Tony Blair. El primer ministro británico regresó ayer, un día antes de lo previsto, de su descanso invernal en Florida (EEUU) para evitar el colapso del proceso de paz y la restauración de la autonomía del Ulster.

El Sinn Féin (brazo político del IRA) decidió suspender la noche del miércoles un congreso extraordinario previsto para finales de enero en el que el partido debía votar sobre la posibilidad de reconocer por primera vez en su historia la autoridad de la policía de Irlanda del Norte. El partido republicano considera ahora que no ha recibido una respuesta "suficientemente positiva" de su principal rival, el Partido Democrático Unionista (DUP).

La falta de entendimiento entre los dos partidos mayoritarios sigue siendo la principal causa del estancamiento del proceso. Según un portavoz de Downing Street, Blair ha pasado una parte de sus vacaciones al teléfono mediando entre los líderes norirlandeses, y finalmente ha decidido regresar para afrontar directamente la situación. A su llegada a Londres, el primer ministro hizo un llamamiento para que los dos partidos "cumplan sus compromisos". "Es solo sobre esta base y con esta claridad como podemos convocar unas elecciones", advirtió Blair.

La resolución del espinoso asunto de la policía es crucial para la restauración del Gobierno autónomo, suspendido en octubre del 2002 por un falso caso de espionaje del IRA en la Asamblea. El líder del DUP, Ian Paisley, se niega a compartir el poder con el Sinn Féin hasta que reconozcan la autoridad de las fuerzas de seguridad.

El 13 de octubre, las fuerzas políticas norirlandesas aceptaron un plan de Londres y Dublín para sacar del estancamiento al proceso de paz y devolver la autonomía a las instituciones locales. El objetivo del llamado Acuerdo de Saint Andrews es restaurar el próximo 26 de marzo el Gobierno autónomo de poder compartido entre unionistas- protestantes y nacionalistas- católicos, previa celebración de elecciones legislativas el día 7.

LEGADO POLITICO Los analistas consideran que si el Sinn Féin no reconoce el Servicio de Policía de Irlanda del Norte, así como las instituciones judiciales, la cita electoral corre peligro, lo que retrasaría indefinidamente la devolución de la autonomía. El tiempo apremia, sobre todo para Blair, que abandonará el poder en los próximos meses y que pretende que la consolidación del proceso de paz sea uno de sus principales legados.