Tony Blair asumió ayer la presidencia de la UE apuntando directamente a los cimientos de la institución. El premier británico anunció la apertura de un debate a gran escala sobre el modelo social que necesita Europa ante los cambios tecnológicos y económicos del siglo XXI. Las discusiones sobre este asunto --en el que hay puntos de vista muy enfrentados-- tendrán lugar en una cumbre informal que se celebrará en otoño en Gran Bretaña.

En ese encuentro se trabajará sobre un documento para analizar si "es sostenible el modelo social" y darle sentido, según dijo Blair, "al dilema que hoy tiene Europa, el de tener una economía fuerte y competitiva y mantener una dimensión social fuerte", con una protección adecuada para todos los europeos.

Abanderado del mercado libre, el Reino Unido se expone a otro choque frontal con Francia, que defiende un modelo del estado del bienestar más proteccionista. Blair admitió que plantear esa revisión "es arriesgado", aunque imposible de obviar.

Otro asunto no menos controvertido, el futuro presupuesto para el periodo 2007-2013, será determinante en el programa de la presidencia británica. El Gobierno de Londres pide la reforma de los subsidios de la Política Agrícola Común (PAC), que ha vinculado a la revisión del llamado cheque británico . Esta petición, firmemente rechazada por París y Berlín, provocó el gran fracaso del último Consejo Europeo.

Blair pospuso cualquier pacto presupuestario "hasta la cumbre de diciembre", en el mejor de los casos, y una vez más no quiso entrar en detalles sobre cuál será la oferta británica.

El primer ministro recibió ayer en Londres al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y a una delegación compuesta por varios comisarios europeos. "La UE tiene 25 miembros, espero que muy pronto 27, y nadie va a imponer su punto de vista a los otros", recordó Barroso a su beligerante anfitrión.